
Cerca de 3.300.000 millones de alumnos, más del 61% del total de los alumnos del sistema educativo español cursan la asignatura de Religión y Moral Católica.
Si la escuela tiene como objetivo la educación integral de los alumnos en todas las dimensiones de la persona, no cabe otra posibilidad que ofrecer la asignatura de religión en condiciones dignas, pues no ofrecer, en condiciones equiparables, la asignatura de religión significaría prescindir de una dimensión fundamental de la persona e impediría comprender el mundo desde una perspectiva transcendental e integradora.
En Europa se imparte la religión de modo estable y regular, con una carga lectiva semanal digna que permite su estudio normalizado.
Una vez más, el Gobierno evita fijarse en Europa o en los países que tienen un alto grado de éxito escolar como es el caso de Finlandia, Dinamarca, Austria, Bélgica, Luxemburgo, Suecia, Reino Unido o Alemania.
Hoy más que nunca, proponemos que la asignatura de religión esté presente en el marco escolar sin tensiones, pues los padres tienen derecho a educar a sus hijos conforme a sus propias creencias y convicciones.
Es necesario habilitar una solución de consenso que permita la posibilidad de elegir libremente esta asignatura, con una carga lectiva digna y con una asignatura alternativa de carácter académico. Y que la religión sea evaluable como criterio pedagógico imprescindible y que sea computable para la media y el acceso a becas.
En estos momentos en que se pretende una reforma educativa es más necesario que nunca la existencia de un Pacto de Estado que evite que la educación vuelva a estar sometida a los vaivenes ideológicos de los partidos de turno.