Carta Pastoral en el Día diocesano del Catequista

Queridos/as catequistas:

Al dirigirme a vosotros lo hago con todo agradecimiento y con el gozo de saber el gran compromiso que habéis asumido a la hora de transmitir el don de la fe con el mensaje del Evangelio, siempre Buena Nueva. Una misión tanto más significativa en el momento actual que no abunda precisamente en buenas noticias y cuando el desánimo puede prender en nosotros cayendo en la indiferencia.

Hoy quiero recordaros que en vuestro ministerio de catequistas estáis ungidos con la unción de la alegría y de la bondad. “Alegraos y regocijaos (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Gn 17,1)”(1).

En esta ocasión pido que el Señor os unja con la unción de la alegría tan necesaria en vuestra misión como catequistas. “El Espíritu Santo es la alegría que viene de Dios. Desde Jesús esta alegría se derrama sobre nosotros en su Evangelio, en la buena noticia de que Dios nos conoce, que es bueno y que su bondad es un poder sobre todos los poderes; que somos queridos y amados por Él. La alegría es el fruto del amor” (2). Esta alegría es algo distinto del puro entretenimiento, penetra en nuestro corazón y es misionera porque a través de ella consoláis y evangelizáis a los niños y a los jóvenes que se os han encomendado. La alegría va acompañada de la fidelidad y de la mansedumbre. El papa Francisco alude a las

actitudes que ayudan a acoger el anuncio como la cercanía, la apertura al diálogo, la paciencia, la acogida cordial que no condena (EG 165). Sin alegría el Evangelio no es Buena Noticia. “La alegría del Evangelio llena los corazones y la vida entera de los que se encuentran con Jesús… Con Jesucristo la alegría siempre nace y renace” (EG 1).

El Día diocesano del Catequista lo tendremos, Dios mediante, el 4 de marzo, y el 12 será el Día de la Catequesis en las Parroquias. Os invito a participar y a celebrar festivamente estos días. No olvidéis que la Iglesia diocesana os necesita y os agradece vuestra entrega y generosidad. Mi gratitud a la Delegación Diocesana de Catequesis y a todos sus colaboradores, reconociendo la encomiable labor que están realizando con tanto esfuerzo y dedicación.

Rezo con todos vosotros pidiendo que el Señor haya concedido su gloria a las personas catequistas que terminaron su peregrinación en esta vida a lo largo del pasado año. Que a todos vosotros el Señor os bendiga y os guarde de todo mal y os mantenga en su santo servicio. Os saluda con afecto y bendice en el Señor,

 

(1) FRANCISCO, Gaudete et exultate, 1-2.

(1) BENEDICTO XVI, Homilía a los sacerdotes el día uno de abril de 2010