Carta Pastoral. Jornada mundial de Comunicaciones 2021

“Ven y lo verás”

Queridos diocesanos:

Este domingo de la Ascensión del Señor, la Iglesia celebra ya la LV edición de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, una iniciativa surgida del Concilio Vaticano II para resaltar que el anuncio del Evangelio y la comunicación social corren en paralelo desde la propia misión de Jesús y el envío de sus discípulos. El Papa Francisco en su mensaje para esta Jornada: “Ven y lo verás (Jn 1,36). Comunicar encontrando a las personas donde están y como son”, apuesta por una relación comunicacional de persona a persona y de corazón a corazón.

“Ven y lo verás” (cf. Jn 1,39) es la clave que el Papa pone en el inicio de su mensaje, acentuando la esencia y entraña del contenido comunicativo que la Iglesia propone. “La invitación a “ir y ver” que acompaña los primeros y emocionantes encuentros de Jesús con los discípulos, es también el método de toda comunicación humana auténtica”, que anima a los comunicadores a salir de su zona de confort, y a buscar en la realidad de los acontecimientos y de las personas la verdad a través del encuentro personal. “Deseo, por lo tanto, dedicar el Mensaje de este año a la llamada a “ir y ver”, como sugerencia para toda expresión comunicativa que quiera ser límpida y honesta: en la redacción de un periódico como en el mundo de la web, en la predicación ordinaria de la Iglesia como en la comunicación política o social. “Ven y lo verás” es el modo con el que se ha comunicado la fe cristiana, a partir de los primeros encuentros en las orillas del río Jordán y del lago de Galilea”, subraya el Papa.

Acercarse a la figura de Jesús conlleva salir uno de sí mismo. El Papa pone como ejemplo a los comunicadores españoles la figura del periodista Beato Manuel Lozano Garrido quien aconsejaba a sus compañeros periodistas de esta manera: “Abre pasmosamente tus ojos a lo que veas y deja que se te llene de savia y frescura el cuenco de las manos, para que los otros puedan tocar ese milagro de la vida palpitante cuando te lean”. Este comunicador había “visto” dónde moraba el Señor y hacía de su vocación periodística un servicio a la verdad. La vida de “Lolo” es una invitación a los profesionales de los medios a embarcarse en la maravillosa aventura de informar, formar y entretener. Desde su sencillez, su delicadeza, su propia fragilidad, su humildad, enseñaba cómo dignificar a las personas con la comunicación. Nunca estas se convertían en “cosas”, siempre eran expresiones de humanidad y de dignidad. Así se genera la verdad en la comunicación: respetando a cada rostro humano que se asoma a la actualidad.

Opiniones atentas, escribe el Papa, se lamentan desde hace tiempo del riesgo de un aplanamiento en los “periódicos fotocopia” o en los noticieros de radio y televisión y páginas web que son sustancialmente iguales, donde el género de la investigación y del reportaje pierden espacio y calidad en beneficio de una información preconfeccionada, “de palacio”, autorreferencial, que es cada vez menos capaz de interceptar la verdad de las cosas y la vida concreta de las personas, y ya no sabe recoger ni los fenómenos sociales más graves ni las energías positivas que emanan de las bases de la sociedad”. Es necesario salir y ver la realidad con los ojos del asombro, la inteligencia de la imparcialidad y la honestidad profesional. “La crisis del sector editorial puede llevar a una información construida en las redacciones, frente al ordenador, en los terminales de las agencias, en las redes sociales, sin salir nunca a la calle, sin “desgastar las suelas de los zapatos”, sin encontrar a las personas para buscar historias o verificar de visu ciertas situaciones”.

Los profesionales católicos de la información han de tener muy presente el “ven y lo verás” como “el método más sencillo para conocer una realidad. Es la verificación más honesta de todo anuncio, porque para conocer es necesario encontrar, permitir que aquel que tengo de frente me hable, dejar que su testimonio me alcance”. Es impagable el trabajo de quienes arriesgan incluso su vida, como lo hemos visto hace unos días, para dar a conocer la realidad en que viven los más desfavorecidos: “Gracias a la valentía y al compromiso de tantos profesionales —periodistas, camarógrafos, montadores, directores que a menudo trabajan corriendo grandes riesgos— hoy conocemos, por ejemplo, las difíciles condiciones de las minorías perseguidas en varias partes del mundo; los innumerables abusos e injusticias contra los pobres y contra la creación que se han denunciado; las muchas guerras olvidadas que se han contado”, señala el Papa.

El Mensaje pontificio nos interpela a todos, pues en la naturaleza de una comunicación definitivamente humana, late el espíritu cristiano de la Buena Noticia, del Evangelio. “Desde hace más de dos mil años es una cadena de encuentros la que comunica la fascinación de la aventura cristiana. El desafío que nos espera es, por lo tanto, el de comunicar encontrando a las personas donde están y como son”, indica el Papa. A todas las personas que hacen posible esta realidad comunicacional, les animo a velar para hacer del hecho informativo un lugar auténtico de encuentro, de gratuidad y de verdadera caridad para cualquier tipo de audiencia.

Os saluda con afecto y bendice en el Señor,

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela