La Iglesia en todo el mundo camina junto a los más vulnerables, junto a aquellos en quienes encuentra a Cristo Resucitado. Como nos recuerda el Papa Francisco, el encuentro con el migrante, como con cada hermano y hermana necesitados, es también un encuentro con Cristo. Nos lo dijo Él mismo. Es Él quien llama a nuestra puerta hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo y encarcelado, pidiendo que lo encontremos y ayudemos. El juicio final narrado por Mateo en el capítulo 25 de su Evangelio no deja lugar a dudas.
En estos tiempos convulsos, en los que se utiliza a los migrantes y refugiados como arma política arrojadiza, tiempo de polarizaciones y manipulaciones informativas, la Iglesia nos invita a construir puentes, a generar esa cultura de la vida a la que nos convocaba San Juan Pablo II, esa cultura del encuentro.
La Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado nos lo recuerda una vez más. Como sabéis, se celebrará el próximo domingo 29 de septiembre. La celebración diocesana, presidida por el Sr. Arzobispo, tendrá lugar en la coruñesa parroquia de San Antonio, situada en una barriada con una amplísima presencia de migrantes. Será a las 20:00 horas. Quedáis todos cordialmente invitados. Una invitación especial para aquellos sacerdotes provenientes de otras latitudes y que ahora prestan su servicio en nuestra Archidiócesis.
JOSE RAMON AMOR PAN
Delegado Episcopal para el Desarrollo Humano Integral
