Don Julián, en la Eucaristía que la CEE celebró ayer por las víctimas de la pandemia del COVID19

La Conferencia Episcopal Española (CEE) celebró ayer, día 23 de febrero, la Eucaristía por las víctimas de la pandemia del COVID-19 en Europa, en el marco de la reunión de la Comisión Permanente de la CEE. En la Eucaristía concelebró el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, quien asiste a los trabajos de la Comisión Permanente en Madrid.

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, presidente de la CEE, ha sido el encargado de presidir esta celebración. La iniciativa partió del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), que invitaba a las Conferencias Episcopales de Europa a unirse en una cadena de oración con la celebración de la eucaristía en cada Conferencia Episcopal, en sufragio y memoria por tantas personas víctimas de esta pandemia.

En numerosas ocasiones, los obispos de toda Europa han unido sus voces a la del papa Francisco para reiterar la cercanía de la Iglesia a todos los que luchan contra la pandemia por coronavirus: las víctimas y sus familias, los enfermos y los trabajadores de la salud, los voluntarios y todos aquellos que están en primera línea en este delicado momento.

Esta cadena de celebraciones concluirá el 1 de abril, Jueves Santo, con dos eucaristías: la de los miembros de la Conferencia Episcopal de Hungría y del secretariado de la CCEE.

«Evaluamos juntos la oportunidad, en realidad el deber, de recordar en la Santa Misa a las víctimas, a las muchas víctimas de la pandemia – afirmó el cardenal Angelo Bagnasco en su mensaje para lanzar esta iniciativa- .

La iniciativa, en la que participarán todas las Conferencias Episcopales de Europa, según un calendario previsto, pretende ofrecer un signo de comunión y esperanza para todo el continente: «nosotros, los obispos de Europa -añade el presidente del CCEE- estamos todos unidos junto a nuestras comunidades cristianas, nuestros sacerdotes, agradecidos a todos los que siguen dedicándose a las personas más necesitadas, para apoyar su compromiso con nuestras palabras, y sobre todo, con nuestras oraciones, para que podamos mirar juntos hacia un futuro mejor».