El arzobispo de Santiago presidió el funeral de primer aniversario por las víctimas del pesquero Villa de Pitanxo

El arzobispo de Santiago presidió en la tarde de hoy, en Marín, el funeral de primer aniversario por las víctimas del naufragio del pesquero gallego Villa de Pitanxo.

El prelado compostelano comenzó su homilía con estas palabras: “Nuestra fe nos lleva a confesar: “Creo en la vida eterna”. Esta vida consiste en nuestra unión con Dios en la compañía de los bienaventurados, ya que Dios mismo en persona es el premio y el término de todas nuestras fatigas y deseos. Estaremos siempre con el Señor. En la unión con él encontramos el gozo y la alegría”.

Mons. Barrio transmitió un mensaje de esperanza: “La vida se comprende siempre mirando hacia atrás, pero hay que vivirla mirando hacia delante. Miráis al mar y ellos lo siguen viendo de alguna manera a través de vuestros ojos. Cristo resucitó y vive para siempre. Por eso proclamamos que la vida de los que creemos en Él no termina, se transforma”.

El arzobispo pidió para las familias el consuelo, la serenidad y la esperanza cristiana para superar la aflicción y añadió: “Las manos de Dios son manos de perdón y de compasión, de curación y de misericordia. A ellas encomendamos también a nuestros hermanos. En esta Eucaristía, hacemos memoria del Jesús muerto y resucitado, y recordamos con afecto a quienes hace un año, perdieron su vida en el naufragio”.

A la celebración asistieron también el obispo de Tui-Vigo, mons. Luis Quinteiro, así como autoridades civiles, sacerdotes, miembros de vida consagrada y laicos.