El arzobispo reabrirá el culto público en la Corticela este domingo con la celebración de una Eucaristía

  • Nuevas cubiertas, rehabilitación de la techumbre interior, restauración de la policromía de la portada románica y del Cristo en el huerto, algunas de las actuaciones acometidas

Tras ocho meses de obras que las tuvieron cerradas al público, las puertas de la Parroquia de la Corticela volverán a abrirse este próximo domingo día 16 de mayo a los fieles. Allí acudirá el arzobispo, monseñor Julián Barrio, para reabrir el culto con la celebración de la Eucaristía, una ceremonia que tendrá lugar a las 11:00 horas. El párroco de la Corticela, Salvador Domato, explicó que “desde hace tiempo invitamos al arzobispo para que presidiera esta Santa Misa de reapertura”. Las actuaciones que se han llevado a cabo en el conjunto de la capilla ascienden a algo más de doscientos mil euros.

Salvador Domato, responsable de la parroquia de la Corticela y director del Archivo Histórico Diocesano (AHD), comenta que las obras “han contado con la financiación del Consorcio” y “con aportaciones de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural” de la Xunta de Galicia. Gracias a ello, se han cambiado totalmente las cubiertas del templo, se ha saneado la techumbre interior, afectada por termitas, se ha dispuesto una nueva instalación eléctrica en el recinto y se han colocado nuevos bancos y sillas en la capilla.

Días antes de que el templo vuelva a abrirse al culto, Salvador Domato explica además que quienes se acerquen a partir de ahora podrán gozar de la restauración de la portada del siglo XIII que da acceso a la capilla, “que permitirá contemplar su policromía”.

Entre las actuaciones acometidas se encuentra igualmente la restauración del Cristo y el ángel en el Huerto de los Olivos, un conjunto escultórico patrimonio cultural que cuenta con una gran devoción en Santiago, sobre todo entre los estudiantes.

Un espacio singular

La Corticela, que ejerce como parroquia independiente, es una capilla de la catedral de Santiago dedicada a los peregrinos y extranjeros. También conocida como Santa María de la Corticela es, sin duda, la capilla más popular de la catedral. A ella acuden peregrinos de todos los países, pero también devotos compostelanos de la Virgen de los Milagros, allí representada, y estudiantes universitarios que, respondiendo a una antigua tradición depositan en la época de exámenes papeles escritos con sus deseos ante la imagen de Jesús en el huerto (s. XVI).

La capilla tiene un origen prerrománico ligado al obispo Sisnando, en época del rey Alfonso III, en el siglo IX. Este obispo sería de gran importancia, y las iglesias que impulsó siguen un esquema similar al que tendría la primitiva Corticela.