Lema episcopal

 

Sequi Salvatorem participare est salutem, está tomado de San Ireneo de Lyon (Contra los herejes IV, 14, 1): “Seguir al Salvador es participar de la salvación”. El sentido de la expresión se aclara con la frase precedente: “Ni nos mandó seguirlo porque necesitase de nuestro servicio, sino para procurarnos a nosotros mismos la salvación”. El Obispo de Lyon deja claro que Dios no actúa por necesidad, sino por bondad y misericordia, derramando “sus beneficios sobre quienes perseveran en su servicio”. Dios es pura gratuidad y donación, “habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor” (DV 2). En Jesucristo, por el bautismo recibido, nos convertimos en discípulos misioneros (EG 120): el seguimiento y la misión son camino de salvación y de santidad (GE 19), “cada uno por su camino” (LG 11).

Desde el lema, en clave de seguimiento y discipulado, se explica el contenido del ESCUDO EPISCOPAL, dividido en tres partes:

  • (Parte superior) El ser amoroso y misericordioso de Dios se nos ha mostrado plenamente en Jesucristo, Verbo eterno que se hizo carne, Palabra de vida y salvación, Palabra de Dios encarnada, crucificada y resucitada (VD 12) que la Iglesia, más que nunca en este tiempo de nueva evangelización, no se cansa de anunciar y que requiere el testimonio coherente de la propia vida (VD 96-98).
  • (Al centro, bajo la Palabra de Dios) El Verbo se hizo carne por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María, que, siendo “más dichosa por ser discípula de Cristo que por ser madre de Cristo” (San Agustín, Sermón 72A, 7), se nos muestra, desde su peregrinación en la fe (LG 58), como la Estrella de la nueva evangelización (EG 287-288).
  • (Parte inferior izquierda) En un gesto de misericordia, el joven soldado Martín, al cubrir con su capa al mendigo, se encontró con Cristo que desde ese momento lo llamó a ser discípulo, como sacerdote, monje y pastor de la Iglesia de Tours, mostrando que la santidad es la caridad plenamente Es la referencia a la diócesis de origen, Ourense, de la que es patrono el santo Obispo de Tours.
  • (Parte inferior derecha) Entre aquellos discípulos que Cristo llamó a ser pescadores de hombres (Mc 1, 17), el primero en dar su vida por el Evangelio fue el apóstol Santiago el Mayor (Hch 12, 2), que, según una tradición secular, predicó la Buena Nueva en las tierras de España y a cuya tumba conducen los caminos que llevan hasta la Puerta Santa A la archidiócesis de Santiago de Compostela llega como Obispo Auxiliar, encomendando el ministerio episcopal al que ha sido llamado a la intercesión del apóstol Santiago.