El arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Prieto, presidió hoy la Eucaristía en el Catedral compostelana durante la que se impuso la ceniza a los fieles, para dar así comienzo al tiempo litúrgico de la Cuaresma.
En su mensaje de Cuaresma, el arzobispo afirma que es importante el silencio, porque “esa evocación del desierto a la que nos invita a la liturgia del tiempo cuaresmal. Porque orar es encontrar con el Señor”.
“Alimentemos esa amistad con el Señor, porque sólo en esa oración y en ese encuentro seremos capaces también después de reconocer al Señor en el hermano.Porque toda oración, esa oración que hacemos como hijos de un mismo Padre, como hermanos en Cristo, nos lleva esa oración también en la contemplación de Dios en el hermano”, indica el prelado compostelano. Y recordó que “la Cuaresma es un tiempo de gracia, es también un tiempo de esperanza, porque el horizonte es la Pascua, es Cristo resucitado”.
Mons. Prieto termina su mensaje diciendo que la Cuaresma es desierto, pero tras el desierto, aguarda la tierra prometida: “Os invito a recorrer este camino de cuaresma con la esperanza que alumbra Aquel que, crucificado, es la vida que permanece para siempre”.
