Mons. Barrio a los Miembros de la Vida Consagrada: “Calzad siempre las sandalias de la esperanza en vuestro peregrinar como consagrados”

El próximo dos de febrero la Iglesia celebra la Jornada de la Vida Consagrada, dedicado a los hombres y mujeres que, sintiendo la llamada de Dios, se han consagrado al Señor en una vida de entrega, tanto desde la acción pastoral, a través de la vida apostólica o desde la oración, a través de la vida contemplativa.

Con motivo de esta Jornada, el arzobispo de Santiago, D. Julián Barrio Barrio ha publicado una Carta pastoral dirigida a los miembros de la Vida consagrada

El texto gira en torno a tres ideas centrales: Compromiso con el Reino de Dios, salir de vuestra tierra y llamada y respuesta que se corresponden con la misma consagración de sus vidas. En la Carta les anima a redescubrir Dios que “os sigue buscando y tiene como proyecto seguir comprometiéndoos en su Reino que ha llegado y que fue anunciado por Jesús” recordándoles que “lo importante es su llamada, lo secundario es nuestra respuesta”.

La Vida Consagrada, en sus variadas formas, es una muestra y ejemplo de cómo hacer el camino al modo de Jesús, en fraternidad por eso, afirma mons. Barrio “el Señor os ha llamado para siempre a estar con él, tal como sois en medio de vuestras dificultades y vuestras limitaciones. La respuesta comporta querer hacer lo que Él hizo: anunciar el evangelio y expulsar demonios: la increencia, la injusticia, la codicia en el corazón, las depresiones psíquicas. Y todo esto “caminando en esperanza”, para los demás y con los demás, sabiendo que Cristo, hoy, ayer y siempre, es la esperanza que nos garantiza que el tiempo no nos desgasta porque nos ayuda a encaminarnos a la eternidad”.

El arzobispo compostelano les invita en su carta “a contemplar la vocación de Abrahán recogida en Gen 12,1: “Sal de tu tierra, de tu patria, y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré”, palabras que, continua el prelado, han estado muy presentes en la celebración del Año Santo Compostelano apenas clausurado.

D. Julián hace una llamada a fiarse en todo momento de la palabra del Señor que “nos da siempre confianza de ver cumplido nuestro deseo como aconteció a Simeón, hombre justo y piadoso, y a la profetisa Ana que no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día” en clara referencia al pasaje del Evangelio de la liturgia de la Misa de la Fiesta de la Presentación que se celebra en ese día.

Recuerda Mons. Barrio que “la llamada del Señor comporta centrarse en Dios y en los demás, olvidándose de uno mismo” y que “la respuesta ha de ser generosa y alegre” pues “no es fundamentalmente un sacrificio sino una ofrenda agradecida”

Termina su carta el arzobispo agradeciéndoles” todo lo que son y estáis haciendo en nuestra iglesia diocesana, recordando de manera especial a los Miembros enfermos de sus comunidades y a los que el Señor ya llamó a su gloria eterna”.