Monseñor Barrio: “Debemos volver una y otra vez al plan originario de Dios para la familia”

  • En su homilía de la Eucaristía de la Jornada de las Familias, el arzobispo invita a mirar “el modelo de la Sagrada Familia”

“Debemos volver una y otra vez al plan originario de Dios para la familia”, dijo hoy el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, en su homilía de la fiesta de la Sagrada Familia, una cita en el calendario litúrgico del tiempo de Navidad en la cual la Iglesia celebra la Jornada de la Familia. “Miremos el modelo de la Sagrada Familia para que nos digan el secreto para formar una familia ideal y podamos lanzar luz a esos desafíos, aprendiendo de su silencio, de su vida doméstica y de su actividad”, indicó el arzobispo compostelano, tras recordar que hoy “contamos con familias fragmentadas, heridas, rotas, en condiciones de pobreza, de miseria y de angustia. A esto se añaden factores disgregadores como la separación y el divorcio, y el preocupante crecimiento de la práctica abortiva, “esta estructura de pecado contra la vida humana no nacida”. Monseñor Barrio resaltó, a la vez, que “es verdad que hay familias que viven unidas en la oración, en el amor y en el dolor; tienen a Dios como centro y el amor como motivación; creen, esperan y aman”.

En una celebración que tuvo lugar en la compostelana Iglesia de Salomé, el arzobispo recordó que “ser familia y actuar en familia implica gestar día a día la acogida en la convivencia, abrir las puertas al perdón y a la reconciliación y dignificar la vida, caminando hacia la santidad. La vida familiar con sus alegrías y sufrimientos, sus sorpresas y rutinas, está bendecida por Dios. La familia cristiana donde la libertad crece en la verdad, ha de reflejar el rostro bondadoso de Dios, descubriendo la esperanza basada en su amor incondicionado por el hombre[1]”.

Monseñor Barrio agradeció la presencia de las familias en la Eucaristía y explicó que “Jesús, nacido en Belén, vive en una familia, modelo para las familias” y que “esta fiesta es un acontecimiento íntimo que nace de la experiencia de  ser amado en un entorno de amor. Es el reflejo del amor de Dios plasmado en las relaciones humanas”. Además, invitó a todos a pedir “á Sagrada Familia buscar hoxe unha revitalizada espiritualidade que sosteña e dea esperanza ás familias. Queridas familias cristiás, a comprensión é o bálsamo con que superaredes as tensións propias da vida familiar. Nas vosas casas ha de brillar a luz do fogar de Nazaret. Ás veces procurando que non falte de nada na familia, falta o amor. É necesario o voso testemuño, vivindo a fe, axudando ao necesitado e traballando pola paz. Nesta festa da Sagrada Familia, temos presentes a tódalas familias da Diocese para que Deus Pai as colme de bendicións coa intercesión de Xesús, María e Xosé”.

 

[1] Cf. Benedicto XVI, Spe salvi, 26-27.