La rehabilitación del Pabellón Historicista del Monasterio de San Martín Pinario ha sido posible gracias a la colaboración del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible del Gobierno de España, de la Consellería de Cultura, Lingua e Xuventude de la Xunta de Galicia, y del Arzobispado de Santiago de Compostela.
En el acto de presentación, que tuvo lugar esta mañana a las 11:00hs en Pabellón Historicista, participaron la Directora General de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia, Mª del Carmen Martínez Insua; El Delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco Lobeiras; y el el Arzobispo de Santiago, Mons. Francisco José Prieto.
El origen del Pabellón
Existen varias hipótesis sobre los motivos de la construcción del Pabellón. Este se construyó durante el funcionamiento del Seminario Mayor en el siglo XIX. Debido a las relaciones y compromisos con instituciones de Santiago de Compostela presumiblemente con el Programa de Exposiciones Regionales de 1858 y/o 1909, pues hay noticias de la colaboración de los espacios de San Martín Pinario.
EI programa de la exposición regulaba los productos elegibles para el concurso, y se sabe que el claustro procesional del monasterio se consideró apropiado para parte de la sección cultural. En este contexto, el Pabellón, estaba a disposición de ser utilizado para las Exposiciones y como espacio complementario para los usos del Seminario en etapas posteriores. Los valores, históricos continuaron enmarcados en aquel momento con la construcción del Pabellón, con el deseo de ofrecer el inmueble, su singularidad y su recorrido histórico, así como sus características de uso, artísticas y arquitectónicas, participando activamente del hecho social de las Exposiciones Regionales.
Estado previo del Pabellón
El estado previo, antes de su restauración-rehabilitación, estuvo marcado por la inercia final de su uso para actividades prácticas de cantería, almacenaje y unos espacios dedicados a un taller de carpintería.
La primera mitad del Pabellón, hacia el norte, estaba abierta a un espacio que hacía de depósito o almacén y otras veces de “obradoiro” de cantería, la fachada oeste estaba velada con una celosía de ramas vegetales con una ligera subestructura, apoyada en la estructura de hierro fundido original.
A continuación, hacia el sur, el Pabellón se encontraba tapiado con fábrica de albañilería, con un espacio de almacenamiento y seguido de un área dividida en dos plantas que fue utilizado como carpintería. Ya fuera del volumen original, se encontraban dos construcciones anexas.
Estos aspectos, se distraían de las medidas de protección cultural del antiguo Pabellón Historicista.
El proyecto
El proyecto enfocó la rehabilitación-restauración del Pabellón Historicista para albergar de nuevo su disfrute cultural, desde tres valores fundamentales actuales (sostenibilidad, estética e inclusión) y asumiendo los retos del Pacto Verde Europeo.
La propuesta de actuación en el Pabellón recupera la arquitectura propia de esta tipología constructiva, liberando los espacios ocupados, poniendo en valor el lenguaje arquitectónico que combinaba la versatilidad de un espacio diáfano con el empleo de un estilo enlazado con la tendencia europea de la época.
Para ello, se consolidó la estructura existente de hierro fundido y de cerchas de madera y se repuso, donde faltaban, el volumen original de las columnas y el plano capaz de sus ménsulas (acero laminado), así como la estructura de cerchas de madera y la cubierta metálica. El espacio rehabilitado se cierra con una carpintería de madera, retrasada de la fachada principal, liberando y permitiendo leer la continuidad de la estructura de fundición. Un cerramiento diáfano compuesto por una celosía de madera, colocada de manera selectiva en los marcos de la carpintería, permitirá el control lumínico y térmico en el interior. Esta carpintería, que cierra el espacio, no ocupa toda la longitud del Pabellón, sino que se retrasa una crujía, formando un pequeño atrio de entrada que permite percibir el volumen total del mismo y ser la recepción de visitantes en el exterior.
Para dotar al espacio de una mayor capacidad expositiva, se realizó una entreplanta, retrasada de la fachada principal, con la intención de poder comprender y diferenciar la estructura espacial original, marcada por el ritmo de pilares y cerchas. Los materiales de una y otra dialogan entre sí, siendo la entreplanta una estructura liviana, de madera contralaminada estructural, apoyada en el muro perimetral y colgada mediante tirantes de acero de las cerchas de madera.
Inversión y espacio
La inversión de esta obra, que asciende a 1.337.727,58, fue financiada por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible del Gobierno de España, con cargo a los Planes y Programas para la conservación del Patrimonio Arquitectónico e Histórico “1,5% Cultural” en su convocatoria de 2019, por la Consellería de Cultura, Lingua e Xuventude de la Xunta de Galicia a través de un convenio, y por el Arzobispado de Santiago de Compostela.
La intervención autorizada pone a disposición de los usos culturales 765 m2, contados entre la planta baja y la entreplanta.